Buscar este blog

lunes, 31 de agosto de 2009

El corazón del dar

Dios te bendiga!!.

En cierta ocasión un profeta llamado Samuel fue enviado por Dios a una ciudad llamada Belén para escoger un rey para Israel de entre los hijos de un hombre llamado Isaí. Cuando Samuel llegó vio al hijo mayor de Isaí, un hombre grande, fornido, de aspecto imponente y dijo: ¡Este es el rey! Y Dios le dijo: “No es, Jehová no mira lo que mira el hombre, Jehová mira el corazón”. Los ojos de Dios traspasan el aspecto, las apariencias y las acciones de los hombres y penetran hasta el núcleo mismo: el corazón.

Dios mira, ve, reconoce el corazón detrás de lo que hacemos, más aún que lo que hacemos. No necesariamente el hacer las obras que Dios quiere que hagamos es garantía de que sean agradables a Dios, pues la obra primera antes de cada obra es guardar el corazón. Así lo expresa
Proverbios 4:23:

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;

Porque de él mana la vida.


Si queremos alegrar el corazón de Dios, debemos guardar nuestro corazón para que aquello que hagamos mane de un corazón que le ama y busca agradarle sinceramente.

Una misma obra pudiera ser hecha por amor o por miedo, por libre elección o por obligación, para glorificar a Dios o para glorificarse a si mismo. La diferencia reside, no en la obra en si misma, sino en el corazón con que es hecha.

Cuando nos centramos en el tema de las ofrendas encontramos el mismo principio: detrás de las ofrendas hay un corazón. ¿Cuál es el corazón que Dios espera al ofrendar?


ADORACIÓN
CONFIANZA
RECONOCIMIENTO

Ofrendar es la evidencia externa de una realidad interna de adoración, confianza y reconocimiento ante el Dador de todas las cosas.

ADORACIÓN

Hay un lugar en nuestro corazón que le pertenece a Dios, como único Dios verdadero. El único Dios quiere un lugar único en el corazón.

Los diezmos y las ofrendas son la exteriorización de un corazón que adora a Dios como el único Dios.

En hebreo “adorar” es SHAJAH, su significado literal es postrarse, inclinarse, como demostración de reconocimiento de supremacía, de autoridad.

Encontramos el primer uso con Abraham, cuando recibe a los ángeles que vienen junto con Dios.

Génesis 18:1-3

1 Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día.

2 Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró [SHAJAH] en tierra,

3 y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.

En esta ocasión Dios le dice que Él le dará la fuerza para tener un hijo a pesar de su avanzada edad, y le dice la fecha en que esto sucederá. Este era el anhelo más grande en el corazón de Abraham y Sara su esposa.

Lo interesante es notar el segundo uso, también referido a Abraham:


Génesis 22:1-5

1Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí.

2 Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré.

3 Y Abraham se levantó muy de mañana, y enalbardó su asno, y tomó consigo dos siervos suyos, y a Isaac su hijo; y cortó leña para el holocausto, y se levantó, y fue al lugar que Dios le dijo.

4 Al tercer día alzó Abraham sus ojos, y vio el lugar de lejos.

5 Entonces dijo Abraham a sus siervos: Esperad aquí con el asno, y yo y el muchacho iremos hasta allí y adoraremos [SHAJAH], y volveremos a vosotros.

Abraham está dispuesto a ofrecer lo mejor de si mismo, su sueño, su unigénito, Dios se lo había dado, y él lo sabe bien.

Abraham es un ejemplo de adoración total. Su profunda adoración a Dios, su respeto y amor por Dios, su enorme creencia hacen que ostente dos títulos únicos en la Biblia, títulos dados por Dios que a nadie más se le dieron jamás:

AMIGO DE DIOS

PADRE DE LOS CREYENTES

Y ambos tienen estrecha relación

Santiago 2:23

Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.

¿Cuándo se cumplió plenamente esta Escritura?

Versículos 21 y 22

21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?

22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?

Cuando ofreció a su hijo en el altar fue llamado “Amigo de Dios” ¿por qué? ¿quién es un amigo? Es uno que comparte emociones, vivencias similares, compromisos compartidos, uno que tiene estrecha relación con alguien. Abraham entendió el corazón de Dios y el dolor que habría en el corazón de Dios por amor.

Juan 3:16

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Fue para esto mismo que Abraham estaba ofreciendo a su hijo según nos dice Hebreos 11, como redentor. Pero Dios le mostró que no era su hijo Isaac, sino el unigénito de Dios. Abraham sintió lo que Dios sentiría en su corazón al entregar a su hijo y fue llamado amigo de Dios. Nadie conoció el corazón de Dios en su paternidad herida como Abraham. Abraham fue un reflejo del corazón del Padre. ¡Cuánto amor! ¡Cuánta entrega! ¡Cuánta adoración!

Estamos viendo el corazón de la adoración en el dar. Y a veces somos omisos y mezquinos al dar, nos aferramos a lo poco que tenemos y así, nos distanciamos del corazón de Dios, somos sus hijos pero no sus amigos. Hijos que no entienden el corazón de su padre y por tanto no lo adoran.

Alguien dijo que la religión babilónica que funciona en el mundo y que estará en su mayor fuerza durante el período de la tribulación bajo el liderazgo del falso profeta es EL MATERIALISMO. Mire a su alrededor y véalo. Alquile una película de Holywood y véalo. Se ve por todas partes, nos aprieta como un cerrojo, como una abrazadera.

Cuando los “magoi” (sabios orientales) vinieron a ver el rey que había nacido en Belén, a Jesús, esto fue lo que dijeron e hicieron:

Mateo 2:1,2,11


1 Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,

2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.

11 Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Esto es lo primero y principal del dar: ADORACIÓN.

CONFIANZA

CONFIAR EN Dios es seguir el plan de Dios. Él dice que nos suplirá todo lo que nos falta, Dios quiere que confiemos en Él como nuestra fuente de recursos, no en el dinero, o en el trabajo, o en nosotros mismos. Trabajamos, ganamos dinero y nos esforzamos, pero nuestra confianza debe estar depositada en el DADOR, no en el DON.

Hace un tiempo escuché una historia que a simple vista parece graciosa, y lo es, pero encierra un gran aprendizaje: Un domingo cierto hombre estaba arreglando su antena de televisión frenéticamente para tenerla lista para el partido de fútbol de las 4 de la tarde. En su apuro patinó y quedó colgando de la canaleta, a diez metros del suelo, entonces clamó y dijo: “¿Hay alguien allá abajo que puede ayudarme?” Pero ya todos estaban encerrados en sus casas para ver el partido. Nadie contestó. Entonces instintivamente y sin pensarlo demasiado alzó sus ojos al cielo y dijo: “¿Hay alguien allá arriba que pueda ayudarme?” Entonces una voz le contestó: “¿Qué deseas?” El hombre quedó pasmado, pues a decir verdad nunca había sido creyente. Dijo: “¡Oh Dios, yo nunca he sido muy creyente, pero me doy cuenta ahora de mi insensatez, ahora que necesito tu ayuda! ¡Por favor sálvame!” “Ok” dijo Dios, “suéltate”. Pensó por un momento y gritó con todas sus fuerzas: “¿Hay alguien más ahí arriba que pueda ayudarme?”

Esta historia ilustra bastante bien como nos comportamos a veces, le pedimos a Dios que nos prospere, pero no estamos dispuestos a seguir su plan de prosperidad. Buscamos que alguna otra cosa que se ajuste más a nuestros deseos egoístas nos supla la necesidad. Dios tiene un plan para que prosperemos en todas las cosas y su plan incluye abrir nuestras manos para dar, en especial para Su obra.

Salmos 34:8,9

8 Gustad, y ved que es bueno Jehová;

Dichoso el hombre que confía en él.

9 Temed a Jehová, vosotros sus santos,

Pues nada falta a los que le temen.

Salmos 37:3

Confía en Jehová, y haz el bien;

Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.

El bien es Su Palabra, lo que Dios le pide que haga, ¿y que pasará?:

Versículo 5

Encomienda a Jehová tu camino,

Y confía en él; y él hará.

Él hará. Es el camino más corto, seguir la senda recta de Dios.

Salmos 115:1-5

1 No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros,

Sino a tu nombre da gloria,

Por tu misericordia, por tu verdad.

2 ¿Por qué han de decir las gentes:

¿Dónde está ahora su Dios?

3 Nuestro Dios está en los cielos;

Todo lo que quiso ha hecho.

4 Los ídolos de ellos son plata y oro,

Obra de manos de hombres.

5 Tienen boca, mas no hablan;

Tienen ojos, mas no ven;

Tal vez el ídolo más grande de este sistema materialista que nos rodea sea el billete de dinero. ¿Ha visto alguna vez la imagen de un billete hablar? Puede ser en alguna propaganda de algún banco o algo por el estilo, pero esa imagen está muerta, no tiene poder.

Versículos 6-8

6 Orejas tienen, mas no oyen;

Tienen narices, mas no huelen;

7 Manos tienen, mas no palpan;

Tienen pies, mas no andan;

No hablan con su garganta.

8 Semejantes a ellos son los que los hacen,

Y cualquiera que confía en ellos.

Igual de limitados

Versículo 9

Oh Israel, confía en Jehová;

El es tu ayuda y tu escudo.

Este es el mensaje a grandes letras:

CONFÍEN EN DIOS, ÉL ES SU AYUDA Y ESCUDO.

Miremos lo que dice la Biblia y confiemos en estas palabras porque son verdaderas:

Proverbios 11:28

El que confía en sus riquezas caerá;

Mas los justos reverdecerán como ramas.

La palabra riquezas no se refiere sólo a lo material, lo incluye, pero se refiere a todo lo que el hombre cree que le pertenece a él pero le pertenece a Dios y él es el administrador; su habilidad, su talento, su dinero, su propio poder.

Los versículos siguientes lo memoricé en unos de los tiempos más duros de mi vida, me lo repetía constantemente durante el día en medio de la presión para contrarrestar el entorno:

Salmos 20:7,8

7 Estos confían en carros, y aquéllos en caballos;

Mas nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos memoria.

8 Ellos flaquean y caen,

Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie.

Miremos las Escrituras para confiar respecto al plan de Dios en cuanto a los diezmos y ofrendas:

Malaquías 3:10,11

10 Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

11 Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.

Pregunta 1: ¿Está el devorador haciendo de la suyas en su vida?

Pregunta 2: ¿Está confiando en Dios en éste Su plan?

Yo no escribí el libro, ni ningún pastor ni líder congregacional lo hizo, lo escribió el profeta Malaquías, habría que quejarse a él, y él lo mandará a quejarte a Dios, pues Él le reveló esto.

2 Corintios 9:7,8

7 Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

8 Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;

OFRENDAR es entonces en segundo lugar CONFIANZA

RECONOCIMIENTO

Esto es, reconocer a Dios como el dueño y a nosotros como administradores.

Veamos a David a la hora de recoger las ofrendas para la casa de Dios. Esto no eran los diezmos, eran ofrendas. Ellos diezmaban, pero esto fue más allá del diezmo, fue para un propósito específico, ni más ni menos que para edificar lo que sería el templo, la casa de Dios.

1 Crónicas 29:10-16

10 Asimismo se alegró mucho el rey David, y bendijo a Jehová delante de toda la congregación; y dijo David: Bendito seas tú, oh Jehová, Dios de Israel nuestro padre, desde el siglo y hasta el siglo.

11 Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos.

12 Las riquezas y la gloria proceden de ti, y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos.

13 Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre.

14 Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.

15 Porque nosotros, extranjeros y advenedizos somos delante de ti, como todos nuestros padres; y nuestros días sobre la tierra, cual sombra que no dura.

16 Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es tuyo.

Este pasaje es el ABC del reconocimiento y el XY y Z también. ¡Lo dijo un rey! No solo un rey, sino un rey poderoso, enorme, grande. Y esta actitud de reconocimiento en su vida fue lo que lo hizo así.

Génesis 28:22

Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.

Esto es reconocimiento: “de todo lo que me dieres”.

Yo no tengo problemas en reconocer que todo lo que tengo me lo ha dado Dios y que le pertenece, es más, me deja muy tranquilo, pues el que se mete con lo que tengo se mete con Dios.

Y finalmente una distinción más. Ofrendar no es un acto religioso de bondad forzada por obligación, eso dura poco y no trae ningún provecho, ni al ministerio donde se da esa ofrenda ni al que la da.


ENTENDIMIENTO

Dar, ofrendar, es entendimiento.

Es entender que lo mejor que me puede pasar es adherirme al plan de Dios.
Es entender que al dar lo tengo a Dios de socio, y que el más beneficiado soy yo en la sociedad.
Es entender que es mejor tener el beneplácito de Dios que un millón de dólares.
Es entender que la bendición de Dios es la que enriquece y no añade dolor con ella.
Es entender que lo que Dios me pide en su Palabra es para mi propio beneficio.


Salmos 32:9

No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,

Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,

Porque si no, no se acercan a ti.

¿Por qué hay que sujetar al caballo y al mulo con cabestro y freno? Porque no tienen entendimiento. Para que avance hay que darle un golpe y para que frene un tirón. Y así andamos los hombres a veces por la vida, a los golpes y los tirones, y económicamente también.

Al mulo no se le puede explicar lo que le conviene, no se puede charlar con él, no tiene entendimiento. Al hombre sin entendimiento es la vida la que lo lleva a los golpes y los tirones, o peor aún, el diablo.

Hay una relación proporcional muy pequeña de gente que diezma y ofrenda con fidelidad. Esto se debe, no a maldad; en el fondo está faltando entendimiento.

El hombre quiere lo bueno para si, la esencia del ser humano es buscar lo mejor para si, pero lo busca en lugares equivocados pues está engañado. Sólo la Palabra del único y sabio Dios nos puede librar de la trampa cerrojo del mundo.

Vivimos en tiempos donde el cerrojo de la religión y cultura babilónica aprieta cada vez más. Recordemos que la esencia de la religión babilónica que estará en su máximo auge en la tribulación del final de los tiempos es el materialismo y el humanismo (el poder y habilidad del hombre). Hoy ya está presente.

Salimos a trabajar y necesitamos cada vez más horas de trabajo para vivir en el estándar que queremos. Entonces TODO el tiempo se lo tenemos que dedicar al trabajo, TODO el dinero lo tenemos que usar en nosotros mismos. ES UN OPERATIVO CERROJO QUE TIENE COMO CABEZA AL DIABLO MISMO.

Sólo Dios y la sabiduría que su Palabra imparte nos puede librar de la trampa. No más esfuerzo, ni más horas de trabajo, ni un mejor empleo, ni nada, sino el obedecer a Dios con entendimiento de corazón.

Salmos 111:10
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;

Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;

Su loor permanece para siempre.

Aquí está el principio de la sabiduría, el temor de Jehová, eso es adorarlo a Él como el único Dios verdadero. La confianza y el reconocimiento están aquí, envueltos en practicar sus mandamientos. ¿Cómo he de practicar sus mandamientos si no creo, si no confío, si no reconozco? ¿Y cómo he de adorar, confiar y reconocer a Dios si no tengo entendimiento?

Marcos 12:28-34
28 Acercándose uno de los escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos?

29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.

30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.

31 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.

32 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él;

33 y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.

34 Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.

Amar a Dios con el entendimiento. No es sólo un sentimiento, es un entendimiento del corazón. Entiendo que Él es bueno, es sabio, es todopoderoso, es mi Padre, es único. Es digno de todo mi amor.

En los deportes como el fútbol y el básquet hay entretiempos en el juego, para que los jugadores puedan recargar sus fuerzas, redefinir sus estrategias, reflexionar y descansar del fragor del partido. Y a veces en la vida jugamos sin tomarnos el tiempo para adorar, descansar en Dios, recargar nuestras fuerzas en Dios y adquirir entendimiento de su Palabra. Usamos todo nuestro tiempo y esfuerzo y energía y dinero en nuestras propias ajetreadas vidas y no logramos salir de ese círculo. Nuestros problemas siguen ahí y corremos tras la codiciada zanahoria atada a nuestra espalda sin lograr jamás alcanzarla. Es parte del plan que nos mantendrá lejos del reino de Dios, sin tiempo ni recursos para su obra.

El como aquél hachero que en la competencia de hacheros se tomaba el tiempo para afilar su hacha mientras los demás golpeaban sin parar y ganó cómodamente. Un golpe con el corazón afilado y en comunión con Dios será mucho más efectivo y más descansado que cien golpes egoístas y atolondrados.

David estando en Siclag, frente a un dilema tremendo, cuando los amalecitas en su ausencia saquearon su campamento y se llevaron cautivos a todos los de su familia y los de los que estaban con él, se tomó el tiempo de afilar su corazón en Dios. No salió atropelladamente a “solucionar” su problema. Sus propios compañeros hablaban de apedrearlo echándole la culpa a él por lo que había sucedido ¿y que hizo David? Dice la Biblia que estando en angustia “se fortaleció en Jehová su Dios”. Se tomó el tiempo de ir a Dios y Dios le dio completa liberación.
Dios nos ha dado la responsabilidad sobre el ministerio. Nuestro tiempo, esfuerzo y dinero es parte de nuestra ofrenda al dueño de todo. Rompamos el cerrojo de hierro con la espada del espíritu que es la palabra de Dios.

ADORACIÓN A DIOS

CONFIANZA EN DIOS

RECONOCIMIENTO DE DIOS

Y todo esto cono un corazón lleno de
ENTENDIMIENTO

by Pablo Seghezzo.

No hay comentarios: